Hace unos días, tres buenas mujeres que forman parte de mi vida, me hicieron
Y bueno, creo que fue realmente clara y completa, así que, haciendo unas pequeñas modificaciones, aquí la dejo (para ti, ojos curiosos, que seguro que también te intrigará saber qué pasa por mi mente y mi corazón ahora mismo):
No sé si te conté (porque hay un momento donde una pierde un poco el norte con qué le cuenta a cada quién) que un poco la 'estrategia' que pensé para que me ayudase a tomar la decisión sería hablar del tema con diferentes personas (de Chile, de España) con mayor-menor nivel de implicación conmigo y la experiencia. Esto fue más o menos por Julio.
Pasado el mes y muchas conversaciones, yo sentía que emocionalmente ya había tomado la decisión y sólo falta conectarlo con mi parte racional, así que a principios de Agosto, me fui al sur de Chile, a Tirua (población mapuche) a conocer esa realidad, empaparme de ella, y aprovechar los momentos sola para ver si me era posible realizar esa conexión.
Lo hice: había tomado una decisión.
Por recomendación de mi acompañante (y que seguramente la repita para la decisiones grandes en mi vida), decidí darme un tiempo, un ciclo concretamente (no se si te conté que estoy en una Comunidad online donde se estudia, trabaja y habla del ciclo menstrual) y pensé que, si todas mis Martas estaban cómodas con la situación, es que sería la correcta y sino se debería repensar. Una vez pasado este tiempo, si fuese la correcta, ya me encargaría de comunicarlo (sobretodo a Entreculturas, para la gestión de que busquen o no una nueva persona para el proyecto).
Chile está siendo una experiencia reveladora, sobretodo por cómo me estoy conectando conmigo a nivel personal y emocional. También porque, debido a la realidad de Santiago, siento que he ganado infinita sensibilidad con el fenómeno migratorio y las desigualdades de trato en un país dependiendo, fundamentalmente, del nivel adquisitivo de la persona que migra. Las ideas preconcebidas, los prejuicios y el etnocentrismo que vivimos cada une desde nuestra realidad social y cultural.
Chile es una experiencia que me ha puesto en movimiento, creo que expatriarme ha sido una de las mejores experiencias vividas hasta la fecha, y me encanta el levantarme con un nuevo reto cada día, descubrirme capaz de cosas que no creía, ganar resiliencia, darme cuenta de que no estoy sola, que estoy conmigo.
Pero no me compensa.
Mi labor en el SJM (que es donde puse más peso para quedarme un año más) no me invita a continuar allí, profesionalmente me siento un tanto estancada. Mi día a día es con personas con un perfil increíblemente similar al que podría encontrar en un puesto similar en Madrid. Por lo que una sensación que he tenido todo el año es que 'más que estaba haciendo un voluntariado, había llegado destinada a trabajar en otro país'.
También hacer relaciones personales en Santiago es inmensamente difícil. El ritmo de la ciudad es como una ruleta que no para y que para intentar entrar a formar parte tienes que tirarte contra ella, y eso duele. Ahí tienes que decidir si vives eso o asumes y te mantienes al margen. Por supuesto que también he creado relaciones muy bonitas y muy diferentes a las que he podido hacer hasta ahora en mi vida, y sé que se mantendrán (más allá de que me quede un año, dos o diez).
Así que no me compensa. No me compensan 17h de trayecto, 900€ de billete y 5h de diferencia.
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Me he dado cuenta de que soy una persona que le gusta mucho volar, siempre y cuando esté cerca de sus raíces.
Así que, con toda la alegría y la tranquilidad del mundo sé que Chile tuvo una fecha de inicio, y tiene una de fin. Y está bien.
Y que Marta está en movimiento, así que puede que vuelva a Madrid y, una vez haya pasado el duelo de Chile y me haya estabilizado, repita una experiencia así o que quiera irme a trabajar/vivir a otra ciudad. Pero cerca de Madrid (ahí no tengo ninguna duda).
Vuelvo a principios de Febrero, porque ¡Adri (mi hermano mayor) y Silvia van a ampliar la familia! Y Sil sale de cuentas sobre esas fechas, que son justo los días que coinciden con mi fin de voluntariado. El círculo perfecto, así que si así está siendo es porque así tiene que ser, todo fluye :)
{Evangelio según Sta. Martus Lil. 21-9}